sábado, 30 de marzo de 2013

A los 17 una revista lo llevó a la Bauhaus


© Werner David Fleist
Leo My Years at the Bauhaus de Werner David Feist (Berlín: Bauhaus Archiv, 2012). Valioso testimonio de la escuela de Dessau, apasionantes los retratos de Albers, Klee, Kandinsky, inspiradoras las propuestas pedagógico-experimentales de estos maestros...
Feist inicia el relato contando la conmoción que experimentó cuando él, un judío pequeño burgués de 17 años apático y desmotivado, ingresa en la aún entonces desconocida escuela.
Llama la atención que tuvo noticia de ella gracias al monográfico dedicado en una revista para jóvenes llamada Junge Menschen. Era el año 1924 y esta publicación, cito y traduzco libremente,
Era, en su forma y contenido de alta calidad y buen gusto, de centro izquierda y dedicaba sus páginas a todos los movimientos reformistas paralelos del momento: los nuevos enfoques para la educación, la apertura sexual, las nuevas ideas en las ciencias sociales y los nuevos movimientos en las artes y la literatura. Junge Menschen también compartía con todos los estratos de la juventud contemporánea un odio por lo 'kitsch', esta intraducible palabra que significa falto de gusto, vulgar, sin base, comercialmente barato, en lo referente a las artes y oficios.
Valioso ejemplo de cómo se planteó una nueva literatura juvenil para una nueva sociedad, de la calidad y seriedad del proyecto y de su impacto en la vida de lectores particulares y su incidencia en la cultura posterios. Suena tan lejano, desgraciadamente.

sábado, 9 de marzo de 2013

Almanaque. (y III)






















 El curso ya ha comenzado. La correspondencia cede el paso al encuentro. La palabra escrita a la conversación y al intercambio. Nuestro objetivo será volver al papel, recuperar la idea de corresponder, comunicar, comprender. Explicárselo, explicárnoslo.
Publicamos las últimas cartas previas. El lector advertirá que están inacabadas. No podía ser de otra manera. 
 
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De: Gustavo Puerta Leisse
Asunto: Almanaques con firma
Fecha: 8 de febrero de 2013 12:45:26 GMT+01:00

Rector, rector.
Recuerde que el almanaque por excelencia, el de los Maya, se elaboró en la muy tropical península de Yucatán. Donde, claro está, la primavera y el otoño brillan por su ausencia y las nociones de verano e invierno son radicalmente distintas a las europeas. Y digo almanaque, que no calendario, por el valor añadido de informaciones e historias de todo tipo que superan el mero registro temporal.
Sin embargo, recupero de su correo un par de ideas: 1) el almanaque es un género didáctico (y habrá que preguntarse qué entiende uno por didáctico) y 2) sospecho que más que de la utilidad, el principio que dota de sentido al almanaque es el provecho (y aquí vale la pena distinguir un término de otro, entre una actitud de otra). Sólo frase al aire: la utilidad es al provecho, lo que la ingeniería es a la sabiduría.
Uno de los aspectos que más me sorprendieron cuando comencé a estudiar las vanguardias históricas, y aún me sigue apasionando, es su interés por la tradición y la cultura popular. Contrariamente a lo que muchas veces se piensa, en la mayoría de los casos no se trató de una actitud de borrón y cuenta nueva sino hubo toda una tarea de (re)construcción de un pasado y asimilación de temas, motivos y géneros tradicionales. Como Ud. bien sabe, tanto el almanaque como el calendario no fueron una excepción. Tendrá en mente a Alfred Jarry pero también está el Almanaque del grupo Jinete azul, el promovido por el ornitólogo, matemático y futuristal Velimir Khlebnikov (que me pongo a investigar sobre él) o ese otro con el que también me he topado: Almanaque literario 1935. Del que el librero pide 600€ y describe así:
Madrid, Editorial Plutarco, 1935, 16x22, 288 pp (OJO: faltan las 6 últimas hojas). manchita en esquina de 7 primeras hojas. Encuadernado en holandesa piel con nervios, tejuelos, hierros en lomera, no conserva cubierta. Todos los trabajos del almanaque son originales y escritos expresamente para éste. Textos de Ramón Gómez de la Serna, Guillermo de Torre, Juan Chabás, Max Aub, Francisco Ayala, Manuel Abril, María Zambrano, Antonio Espina, Bergamín, Domenchina, Borges, Benjamín Jarnes, Rivas Cherif, etc. Poemas inéditos de García Lorca: Gacela del mercado matutino, Gacela del amor con cien años, Casida de la mujer tendida, Casida de la muerte clara (Gacela de la huida). Ilustrado por Norah Borges, Angel Ferrant, Maruja Mallo, Santa Cruz y Vázquez Díaz. La mayor parte de los textos no han sido recogidos en parte alguna. Este almanaque constituye un documento fundamental sobre el estado de la vanguardia española en vísperas de la Guerra Civil.
Pensando en esta nueva dirección, le planteo el problema de la poética del almanaque de autor. ¿Qué puede aportar la apropiación de este género?, ¿qué parámetros hemos de plantearnos en semejante empresa?
Hoy es 8 de febrero día en que impactó en Pueblito de Allende un meteorito del que todavía, 43 años después, se busca un trocito.

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De:Grassa Toro
Asunto: Re: Almanaques con firma
Fecha: 8 de febrero de 2013 18:55:38 GMT+01:00

Docto,
no acierto a diferenciar entre utilidad y provecho. A propósito de diferencias, caigo en la cuenta de que no aún no hemos convocado el humor ni el umor. Leopoldo María Panero cita el umor sin h de Vaché dos o tres veces a lo largo de la película El Desencanto. Un autor, si es por eso por lo que me pregunta, puede escribir con umor. En un almanaque caben los dos.
Un autor, si es por eso por lo que me pregunta, siempre aporta lo mismo: la fragmentación de un universo, el pedacito de tarta que no se atraganta. Un autor es un recortador, un perfilador, un reductor de cabezas, un jíbaro, un tipo empeñado en volver finito lo infinito. No crea que la acumulación de palabras tan desairadas implica un juicio negativo, estoy tratando de responderle analíticamente, si es por eso por lo que me pregunta.
Hemos avanzado, elegida la forma, el almanaque, quedamos a solas con la pregunta: ¿qué quiero contar? No sé si la respuesta, sea la que sea, tiene categoría de poética, a veces creo que sí.
No se le ocurra gastarse 600 euros en la reliquia; piense que cualquiera de esos autores mencionados en la ficha del tendero, si tuvieran 600 euros, estarían imprimiendo un nuevo almanaque (o de juerga).
El calendario pataphysico celebra hoy, 14 gueules 140, la Natividad de San Julio Verne, viajero sin moverse de casa. Un modelo (ahí tiene otra diferencia ¿modelos o ejemplos para nuestros almanaques?

Suyo,
Grassa Toro
 

miércoles, 6 de marzo de 2013

Almanaque. (II)

Isotypo de Gerd Arntz. (www.gerdarntz.org)
 Otra de las convicciones pasajeras que en la actualidad profeso es que el mejor modo de conocer algo es hacerlo de forma indirecta. Cuando me pregunté, por ejemplo, cuál es la diferencia específica entre los celos y la envidia, no encontré una respuesta satisfactoria en libros de psicología, sociología o filosofía que consulté. Inesperadamente, me topé con ella en un libro de reglas monásticas escrito por un monje cartujano en el siglo XII.
Este, obviamente, es una caso un tanto extremo. Sin embargo, cada vez estoy más convencido de que puntos de vistas alternativos evidencian aspectos del objeto de estudio que suelen pasar desapercibidos en las aproximaciones ortodoxas. Con mis alumnos de ilustración he descubierto que para explicarles nociones como la secuencia, la elipsis, la sintaxis narrativa o la consideración del destinatario en el libro-álbum resulta más claro hacerlo analizando libros de recetas que si empleo libros infantiles.
¿Qué nos puede decir el viejo género del almanaque acerca de la infancia, de cómo explicarle cosas a los niños, de nuestro tarea como creadores? Esta será una de las preguntas que orienta el curso Explicárselo, explicárnoslo. El placer de preguntarse, el sentido de comprender (más información, aquí) y, antes, fue el interrogante que encausó la correspondencia que mantuvimos Grassa Toro y yo mientras formulamos el curso. A continuación recojo las cartas que siguieron a las incluidas en el post pasado.

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De: Grassa Toro
Asunto: Acerca del anonimato
Fecha: 5 de febrero de 2013 09:25:36 GMT+01:00
Para: Gustavo Puerta Leisse

Docto,
el anonimato del almanaque refuerza la idea de certeza.
Lo que firma alguien puede resultar ser verdad o mentira; acierto o error. Lo que aparece escrito sin que nadie lo firme cobra ante el lector la fuerza de lo que se escribe a sí mismo porque no puede ser de otra manera.
Hasta que aparecieron los horóscopos de autor en los periódicos, esta sección era anónima. ¿Cómo puedo fiarme del horóscopo que escribe Pepito Grillo? ¿Por qué tiene que escribirlo alguien? ¿Es que el horóscopo no está ya escrito y lo único que tenemos que hacer es leerlo?
Los almanaques los escriben la naturaleza, la memoria colectiva, los santos, dios. El ser humano sólo puede (y tiene que) leerlos.
a cinco de enero de 2013, día de Santa Águeda en el calendario cristiano. Tetas rodaron por el suelo, y no sólo una vez.
suyo,
Grassa Toro

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De: Gustavo Puerta Leisse
Asunto: Sobre la escritura de almanaques.
Fecha: 5 de febrero de 2013 21:29:44 GMT+01:00

Rector:
En Portugal se publica el almanaque Borda d'Agua. Sigue imprimiéndose en una imprenta tradicional y, en buena medida, conserva esa rusticidad que recuerda al grabado. Me gusta la incursión de seres caricaturescos o droláticos entre sus páginas, tan próximos ellos al mundo del Auca. Dan un poco la sensación de la incursión de lo fantástico en la realidad. En este sentido, distan mucho del Zaragozano, tan contrarreformista él, y de todos aquellos que proliferaron en Latinoamérica con un tufillo didáctico muy positivista.
Lo que pensaba mientras leía su correo es que si bien es cierto que el almanaque tal como lo conocemos es un hijo de la imprenta y, en consecuencia, de la cultura escrita, en muchas ocasiones parece que busca presentarse como un reducto de un mundo oral, tradicional, colectivo... regido por el ciclo de las estaciones, los astros y los santos.
Hay mucho de ilusión, en el almanaque. Y casi que podría decirse que hay una, o varias, poéticas del almanaque. En este sentido, querido amigo, le quería preguntar cómo han de escribirse. Que reglas y/o constricciones se impondría Ud. en esta tarea. ¿El microrrelato es una género almanaquil?
siempre suyo,
Gustavo

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De: Grassa Toro
Asunto: Re: Sobre la escritura de almanaques.
Fecha: 6 de febrero de 2013 09:34:01 GMT+01:00

Docto,
El almanaque es oral en la medida en que pretende ser la voz común, la voz del pueblo, que siempre será oral (aunque se escriba).
Unido al paso del tiempo, unido sobre todo a la variedad (las estaciones) dentro de la regularidad (el calendario anual siempre repetido), no tiene sentido en los países tropicales que desconocen el ritmo de la tierra y, probablemente, esos almanaques latinoamericanos que usted cita didácticos y positivistas, sean copias superficiales, puramente formales y, por tanto, faltas de enjundia.
Para evitar semejantes desvíos, antes de empezar a pensar qué formas de escritura le son propias y propicias, deberíamos ser intransigentes en cuanto a su fundamento: el almanaque tiene que resultar útil a quien lo posee (y ojalá, útil a la comunidad). Pondremos a prueba esa utilidad si una vez impreso lo consultamos diariamente, volvemos una y otra vez sobre él. Respetar el principio de utilidad nos permitirá partir de una atribución de sentido, y eso siempre sale a cuenta.
Un almanaque real, no una forma almanaque.
Y ahora sí: qué escribir.
Hasta donde conozco el género, entiendo que no hay que escribir nada, o muy poco, si acaso: reescribir. El almanaque resulta de la selección de textos (orales o escritos) que nos preceden. Cabe copiarlos o reescribirlos.
En el límite, la selección sería la escritura: renunciar (al resto de textos que no aparecerán) y ordenar (a lo largo del año, que es el libro).
Es seis de febrero, la Agencia estatal de meteorología había anunciado nieve sobre mi cabeza; luce el sol.
Suyo,
Grassa Toro

lunes, 4 de marzo de 2013

Asunto: Almanaque. (I)

Isotypo de Gerd Arntz. (www.gerdarntz.org)
Una de esas convicciones pasajeras que en este momento profeso es que, después de los treinta, el género más adecuado para plasmar el conocimiento y poner en tela de juicio las ideas propias es la correspondencia. La carta tiene el don de la síntesis y de tomar en cuenta al interlocutor; propicia la intimidad, sin por ello renunciar al rigor; fija los avances progresivos en el saber, sin admitir nada como definitivo; deja espacio al humor, la cortesía, los obsequios y agradecimientos... Además abre la posibilidad de que, en el futuro, podamos volver nuestra mirara atrás y reconstruir el periplo transitado. Y, sobre todo, quiéralo o no, el género epistolar refleja a la persona y su forma de pensar.
No me considero una persona envidiosa pero si envidio a alguien es a quienes cultivan la correspondencia intelectual y con los años alcanzan atesorar fructíferos intercambios. Por más que intento desarrollar ese vínculo-compromiso-espacio-tiempo, no lo consigo. Sin embargo, cuando abordo el proyecto de dar un curso con otra persona, me obligo a que el intercambio se dé a través de cartas.
A modo de señuelo, para quienes aún dudan, transcribo las primeras cartas que Grassa Toro y yo hemos intercambiado en los días pasados, a propósito del taller: Explicárselo, explicárnoslo. El placer de preguntarse, el sentido de comprender. Les recuerdo que serán dos fines de semana (9, 10; 16 y 17 de marzo de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00) más una semana en la que ejercitaremos la correspondencia (del 11 al 15 de marzo). Son 250€, será en Víctimas del Celuloide (c/ Santiago, 8. Madrid) y cada vez quedan menos plazas. Si te interesa, escríbeme: gustavopuerta@gmail.com
Más información, aquí.

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De: Grassa Toro
Asunto: qué es un almanaque
Fecha: 4 de febrero de 2013 12:52:24 GMT+01:00
Para: Gustavo Puerta

Docto,
le respondo, le empiezo a responder.
Un almanaque es un libro.
Ese libro está ordenado siguiendo un calendario.
Los contenidos del libro tienen que ver con los lugares comunes (nada peyorativo en la nominación), con lo que los franceses llaman "la sagesse des nations", con el pasado; y tienen que ver con el futuro: las predicciones de clima, las astrológicas, la agenda de ferias... Obviamente, tienen que ver con el presente cada vez que uno lee la página del día.
El almanaque está destinado al pueblo.
El almanaque tiene por función ofrecer seguridad mediante el acompañamiento diario; también ofrece la seguridad de lo escrito: "escrito está".
El almanaque tiene imágenes para los que no saben leer.
Cualquier almanaque es una variación de los almanaques originales.
Hoy es lunes 4 de febrero, San Rabano, obispo, en el calendario cristiano.
Suyo,
Carlos
P.S.: Con el fin de aportar colorido al curso, me permitiré utilizar fuentes de origen francés; queda para usted el resto del infinito, mucho más grande, pero no tan elegante, obvio.

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De: Gustavo Puerta Leisse
Asunto: Re: qué es un almanaque
Fecha: 4 de febrero de 2013 13:44:24 GMT+01:00
Para: Grassa Toro

Rector,
Su caracterización del almanaque atiende al aspecto material, al contenido, al destinatario y a la función. Quisiera precisar un poco más y plantear una hipótesis de trabajo: el almanaque tiene como objeto al tiempo, y tiene que ver con el modo como lo vivimos y con su representación cultural occidental.
Antes que nada, materializa una forma cíclica basada en la sucesión, la continuidad y el cambio. Frente el pasado, rememora. En el presente, sitúa y ante el futuro, planifica y/o pronostica.
De un modo u otro, el almanaque implica la noción de incompletud. Bien sea a través del recuerdo y del deseo o de la incertidumbre o la aprensión, nos habla de las carencias del presente y de los temores ante el futuro. Lo primero explicaría la razón de ser, por ejemplo, de aquellos calendarios que habitualmente hallamos en los talleres mecánicos o, incluso, aquellos con paisajes idílicos. Lo segundo, en cambio, apunta a las observaciones astrológicas, el santoral o las predicciones climáticas.
No comparto la idea de que el motivo por el cual almanaque tiene imágenes es porque se dirige (o ha dirigido) a personas que no saben leer. Pudo haber sido así pero ni siquiera creo que entonces fuera el único motivo. Pienso que las imágenes del almanaque tienen que ver más bien con la ilusión de permanecer en el tiempo.
Le animo a discutir cualquiera de estos puntos. Y además le pregunto, a qué le atribuye Ud. la razón de que el almanaque no suela venir firmado por un autor.
Sigue siendo 4 de febrero, día de la dignidad del pueblo y de la Fuerza Armada en la República Bolivariana de Venezuela, como conmemoración de la intentona golpista de Hugo Chávez.
Suyo,
Gustavo